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Llega el verano con sus impetuosas y abrasivas temperaturas, apareciéndose ante nosotros una disyuntiva habitual durante estas fechas: ¿dónde poder refugiarse del sofocante calor?
A veces lo que más deseamos está justo delante de nuestros ojos y simplemente no podemos verlo todavía. Este es el caso de la recomendación que hoy te traemos: ¡Madeira!
Escondida en medio del Atlántico, la conocida como “isla de las flores” o “isla de la primavera eterna” debe su apodo a las temperaturas cálidas que la acarician durante todo el año, siendo de abril a octubre la mejor época para visitarla.
¿Te gustaría conocer más sobre esta perla portuguesa? Acompáñanos a lo largo de este colorido recorrido.
Isla de Madeira.
¿Cómo es la vida en Madeira?
De origen volcánico, y paisaje rocoso, la isla de Madeira se encuentra rodeada de frondosa naturaleza y jardines de variada flora, que hacen de este lugar un paraje natural privilegiado. En la primavera se celebra el renombrado Festival de las Flores, una celebración muy icónica que no te puedes perder. Por si fuera poco, una postal icónica de la isla son los verdosos bosques de laureles, conocidos como laurisilva, declarados patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO.
Los aficionados a la aventura podrán descubrir los rincones más recónditos, y es que este es un paraíso para los amantes del senderismo. Uno de los must característicos de la zona son las levadas, canales de irrigación que transportan el agua del norte al sur de la isla. Hay nada menos que 2,200 kilómetros de estos particulares caminos que decoran el panorama madeirense.
Otro de los espectáculos indispensables de Madeira son las piscinas de Porto Moniz. Estas sorprendentes piscinas naturales están formadas por rocas volcánicas, simulando jacuzzis que se mimetizan con el propio océano.
Piscina natural de Ponto Moniz, en Madeira.
En la propia Madeira puedes transportarte a otra dimensión visitando las “Islas Desertas”, un grupo de tres islotes de clima desértico, cuya única población son varias especies de aves y mamíferos que las custodian. Los huéspedes más icónicos del lugar son una reducida colonia de foca monje, ¡unos guías turísticos excepcionales!
Cuenta la leyenda que lo importante no se encuentra fuera, sino en el interior, y en este caso que nos atañe, podemos corroborarlo visitando las Grutas de São Vicente. Estas cuevas son producto de la incursión de la lava hace miles de años, creando túneles y galerías subterráneas que te dejarán ojiplático.
Todo esto puede saber mejor acompañado de un buen vino local, un producto con cientos de años de tradición, teniendo el clima ideal y necesario para el cultivo del tipo de uva blanca que produce más de treinta variedades distintas, como la Sercial, Verdelho o la Malvasia.
¿Sigues con nosotros? Ya casi estamos terminando de completar nuestro itinerario, pero no podemos irnos sin conocer la joya de la corona: Funchal.
Vista en teleférico de Funchal, capital de Madeira.
¿Qué ver en Funchal?
Funchal debe su nombre a funcho, hinojo en luso, ya que los marineros que llegaron al lugar encontraron la zona llena de esta particular planta. La urbe tiene una población alrededor de 120,000 personas y es la capital de la isla.
La Zona Velha es un buen punto de partida, siendo el casco antiguo un barrio de características calles estrechas adoquinadas que te transportarán a otra época. Una vez terminado este particular recorrido sería pecado no ver la catedral de la ciudad, la Sé Catedral do Funchal. Del siglo XVI y de estilo gótico, tiene un alto valor arquitectónico e histórico ya que es de los pocos edificios construidos por los primeros exploradores portugueses que no han sufrido alteración con el paso de los años, siendo esta una reliquia digna de visitar.
Ya hemos visitado Madeira por tierra y mar: ahora toca por aire. Y es que sería una pena no deleitarse con las increíbles vistas que ofrece de la ciudad el teleférico, que une la metrópoli con Monte. Ahí podrás pasear por el jardín botánico o visitar la tumba de Carlos I de Habsburgo, último emperador de Austria, en la iglesia de Nossa Senhora do Monte, patrona de la isla.
Para bajar te proponemos un método de transporte autóctono y tradicional: ¡descenso en carro de mimbre! Este original artilugio conducido a modo de trineo por los carreiros do Monte se utilizaba antaño para transportar alimentos y mercancías y hoy se convierte en una de las experiencias más emocionantes que puedes encontrarte en el lugar.
Los amantes del balompié pueden deleitarse visitando el museo del hijo prodigo de la ciudad: Cristiano Ronaldo. En el Museo CR7 encontrarás tanto títulos individuales como colectivos del astro portugués, así como una estatua haciendo su característica celebración después de meter un gol.
Carros de mimbre utilizados por los «carreiros do Monte» para bajar la colina.
¿Dónde alojarte en Madeira?
Una vez tenemos el destino elegido y el itinerario decidido, es hora de decidir dónde vamos a alojarnos durante nuestra estancia. Desde RIU Hotels & Resorts te traemos una humilde recomendación: ¡nuestro Riu Madeira!
En este establecimiento de cuatro estrellas y todo incluido podrás elegir de entre sus 327 habitaciones la que mejor se adapte a tus necesidades y preferencias. Ubicado al sur de la isla, se encuentra cerca de la capital, a escasos diez kilómetros del aeropuerto y, sobre todo, con vistas al mar.
Aprovecha estos meses para explorar un destino de ensueño que te cautivará y no te dejará indiferente.
Hotel Riu Madeira.
