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Las piscinas de los Hoteles RIU nos encantan, pero bañarse en la salada agua del mar es otra sensación única, sin embargo, ¿has pensado alguna vez en combinar ambas emociones? En el mundo hay algunas piscinas naturales que combinan la tranquilidad de sumergirse en un espacio cerrado con la impresión de hacerlo en un lugar único que la naturaleza ha puesto a nuestra disposición. Y no hablamos de helados lagos de agua dulce, si no de piscinas surgidas de manera natural que por caprichos geológicos se han creado en determinados entornos privilegiados.
Si estás pasando tus vacaciones en la Península del Yucatán puedes disfrutar de un tipo particular de piscinas naturales existente en esta zona: los cenotes. Se trata de pozos de agua dulce creados por la erosión de la piedra caliza y que fueron extremadamente venerados por la civilización maya que, de hecho, creó algunos excavando en la roca. Algunos están a cielo abierto mientras que otros se encuentran dentro de cavernas o parcialmente cubiertos por rocas. Desde Cancún y Playa del Carmen existen rutas y excursiones a distintos cenotes situados a entre 30 minutos y tres horas de estas localidades. Los más reconocidos están acondicionados y exigen entrada para su acceso pero permiten disfrutar de parajes realmente paradisíacos. ¡No te los pierdas!
Una piscina natural muy popular en Mallorca es la de Cala Egos, aunque en este caso, encierra una pequeña trampa. Se trata de una cavidad en la roca que ha sido acondicionada para el baño llenándola de agua de mar artificialmente y pintando su fondo en tono azul. Aunque con ayuda de la mano del hombre, el espacio creado es tan bucólico que merece ser nombrado aquí.
La escarpada costa de Madeira, dispone un litoral en el que la fuerza del mar ha excavado caprichosamente distintas cavidades que han formado auténticas piscinas de roca natural al lado del Océano Atlántico. No olvides tus zapatillas de baño, pues el suelo es también de roca y resulta molesto caminar descalzo por él. Existen multitud de estas piscinas por toda la isla, algunas ni siquiera tienen nombre, por ser simplemente pequeñas hendiduras en las rocas en las que se puede nadar. Las Piscinas Naturales do Seixal atraen muchos visitantes y tiene una estupenda terraza en la que tomar algún refresco.
Los acantilados de la costa norte de Tenerife, formados por coladas volcánicas han creado hendiduras en las que se han formado preciosas piscinas naturales. Algunas de ellas se han acondicionado para el baño, como el llamado Charco de Laja, en la zona de San Juan de La Rambla o el Charco del Viento en La Guancha. No hay que olvidar que son lugares agrestes en los que hay que ir con el debido cuidado para evitar percances. Garachico es el municipio en que se encuentran la concurrida charca de El Caletón, cerca de diversos servicios turísticos.
Si pasas tus vacaciones cerca de alguna de estas piscinas naturales te recomendamos sumergirte en ellas para vivir una experiencia nueva que difícilmente podrás olvidar. Lo mejor de todo es que en cada uno de estos destinos hay un hotel RIU esperando a que lo descubras.
